diumenge, 8 de juny del 2008

Nueva casa.

-Pero…¿donde estamos?- observé nuestro alrededor con asombro.
Lilith estaba a mi lado mirándome con preocupación. Detrás suyo había una enorme planta del tamaño de un árbol, pero que solo era una flor. No entendí nada, no recordaba nada, solo estar en el pueblo mientras Lilith compraba.
-No lo se. Adramelech ha vuelto a apoderarse de ti, no se si te acuerdas, y hemos llegado aquí. No se donde estamos, jamás he pasado el pueblo.
Miré a nuestro alrededor, era como otro mundo, todo era igual pero más grande.
-Vamos, tenemos que averiguar dónde hemos ido a parar.- me levanté y la cogí de la mano y la conduje entre las hiervas a saber hacia donde.
Andamos entre ese enorme bosque durante largo rato, vimos un río entre los árboles, como todo lo demás, muy grande, algún que otro enorme animal que huía temeroso, hasta que llegamos a un amplio camino de tierra.
-Seguiremos por aquí, pero con cuidado, no sabemos que podemos encontrar.- le dije guiándola hacia el camino
seguimos por éste hasta que nos encontramos ante otra novedad. Un seguido de enormes casas se encontraban al lado del camino, todas distintas.
-¿Quien puede vivir aquí?¿Gigantes?- Lilith me agarró más fuerte del brazo y me hizo avanzar.
-Squall ven aquí, ¡ya!- un grito nos dejó petrificados en el suelo.
Vimos como una figurita de tamaño menor que el nuestro andaba con prisas delante nuestro. Sus ropas eran muy curiosas, vestía de negro con complementos plateados y metal, unas enormes botas también negras con una suela muy grande. Cuando pasó por delante nuestro nos vio y se quedó de piedra.
-¡Ven aquí!- una figura enorme, como un gigante se acercó a nosotros, pero parecía que andaba buscando al otro.-¿Qué pasa Squall?
De repente se paró al descubrirnos en medio del camino.
-Pero...¿Squall los conoces?- preguntó el gigante.
-¿Como quieres que los conozca? ¡Anda!- dijo el pequeño sin apartar la vista de nosotros.
-Em… ¿donde estamos?- pregunté entonces yo.
-En el mundo humano chicos.- dijo la gigante.
-Otros que no conocen el mundo humano, como Caín, se lo tendré que explicar todo…- murmuró Squall.
-¿Humanos?- pregunté
-Si.- respondió la gigante.
-Si que se lo que son, si no lo supiera no estaría aquí.- dije.
-¿Y eso por que?- dijo Lilith adelantándose a todos.
-Soy un ángel, no se si lo recuerdas, vigilo el mundo des de las alturas, los humanos son una leyenda para muchos, pero para nosotros son una realidad.- expliqué.
-¿Un ángel?- preguntó Squall.- Mira, de eso no tenemos.
-Vamos, venid conmigo, os presentare al otro inquilino y os responderemos a todas vuestras miles preguntas.- dijo la grande.
Nos llevaron camino arriba, los seguimos con los ojos bien abiertos y asustados. Llegamos a otra casa grande como las otras y entramos en ella. Subimos unas escaleras con ayuda de la grande y llegamos a un cuarto.
-Mira, este es Caín.- otro muñequito pequeño salió de un rincón del cuarto y se quedó asombrado al vernos.
-¿Quiénes son?- preguntó.
-Nuevos.- respondió tan solo Squall.
-Venid, sentaros en la cama y os contaremos los que queráis saber. Por cierto, me llamo Marina.- dijo la grande.
Nos sentamos en la cama sin dejarnos de la mano. Nos contaron que eran el mundo humano, de los distintos mundos de las muñecas como nosotras. Squall nos contó su historia y nos explicó de la existencia de distintos mundos paralelos, distintos mundos de muñecos separados entre si y también paralelamente existía el mundo humano. Nosotros les contamos nuestra historia y como llegamos aquí.
-Cada uno llegó aquí de modo distinto.- dijo Caín- Yo tan solo me dormí y me desperté aquí. Pero una vez que te acostumbras esta bien este lugar, te cuidan y conoces a más muñecos como tu que están en este mundo, algunos creados incluso por manos humanas, otros que también han llegado aquí y nadie sabe como. Y también cada uno tiene alguna misión que cumplir.
-Yo por ejemplo busco al hombre que me arruinó la vida.- dijo Squall.
-Y este busca a su hermanita Merrywater.- Caín agachó la cabeza.
-Bueno, así nos quedaremos aquí hasta que consiga controlar a Adramelech.- dije yo.
-¡Asi se llama tu parte oscura?-preguntó Marina.
-Si.
-Wow. Que nombre más chulo.- se le borró la sonrisa cuando la miré acusadoramente.
Al final aún vivimos aquí, porque no hay forma de regresar, y además no sabemos com regresar. Al fin y al cabo aquí no se está tan mal y como dijeron, hemos conocido a gente como nosotros, no iguales pero muñecas atrapadas en este mundo.